lunes, 27 de febrero de 2012

Decantamiento I


Tengo 21 años y no soy nada de lo que de más joven quería. Debería estar graduada. Pensaba que con mis incipientes habilidades para la escritura, mi ensimismamiento decidido y el extraño amor hacía mi madre, conseguiría graduarme a los 21 y no a los 22 como sucederá ahora (sí es que sucede). Ayudar a mi mamá, trabajar en algo que me gustara…

Sé que los problemas no son solo míos y que tal vez los míos no son los más graves, pero vengo de 20 años de tratar de levantarme sobre la tumba que se me cavó y que ayudé a cavar. Fui criada con comodidades, aunque sabía que no las tenía, de pequeña era muy caprichosa pero cambié porque descubrí mi realidad. De grande es duro que todo el mundo te presione a graduarte pero no saben que pasa en tu cabeza, ni por qué estas así. A estas alturas en días como hoy todo se mezcla y hace más daño que cuando de chica conocías las mismas situaciones, entonces le pedías al señor del cielo, ese  en el que ya no crees, que por favor te dejara crecer rápido porque necesitabas ayudar a mamá y aunque eso ocurrió ahora es diferente ya eres grade, pero aun no puedes ayudar a mamá, ella siente que debe mantenerte, tu sientes que debes cuidarla, todavía no puedes pero necesitas hacerlo ahora o la pierdes 

lunes, 20 de febrero de 2012

Disculpas


La autocensura es dolorosa. Te aleja. Sin embargo, en personas como yo (explosivas, impulsivas, agresivas) es necesario. Dejas de herir, pero sobre todas las cosas dejas de herirte. No siempre tengo “la culpa”, no siempre soy “mala”, sigue siendo, de igual forma, más fácil culpar a quienes tienen antecedentes y sigue siendo más fácil que los que tenemos antecedentes seamos culpables. Al principio opté por hablar poco, por no hacer gestos y fingir sonrisas como a la gente “normal” le gusta; luego simplemente preferí callar, puesto que de todas formas la seguía embarrando con esos a quien quería o aquellos a los que simple y llanamente no quería incomodar.  

Esta es una disculpa: Para ti. Para ella. Para ellos.

Esta es una tumba: Para mí. 

lunes 20 de febrero, 2012

Hoy, como otros días, me levanté con una vida rota. Hoy llamó mi atención levantarme así porque mientras desayunaba lloraba. Recree mi grado, el día de mi grado, y supe que ese día no solo acabaría una parte de la vida académica sino personal. Hay tres estados que manejo a la perfección y desde niña: ira infinita, tristeza profunda (como el mar), la risa (ni alegría, ni felicidad solo risa).